Barcelona.- Hace más de dos décadas que Juan Luis Guerra nos enseñó a situar la bachata en el mapa de carreteras de la música latina, al igual que hizo Carlos Vives con el vallenato, y su figura de cantautor tres en uno, bailable, romántico y comprometido, propició, en aquellos primeros años 90, sonados llenos en la Monumental y el Palau Sant Jordi. La enfermedad y la crisis mística, con conversión evangélica, enfriaron su carrera, pero poco a poco ha recuperado el pulso. Ahora es mucho más que el ídolo de moda de entonces: anoche, en ese Sant Jordi que tan buenos recuerdos puede traerle, se mostró como un clásico de la canción tropical, con éxitos atemporales y un consistente nuevo disco, Todo tiene su hora. Continue reading