Madrid, 17 jul (EFE).- El cantante dominicano Juan Luis Guerra prometió “hacer bailar a toda España” en su gira “Todo tiene su hora tour” y de momento, esa promesa se ve cumplida en el Palacio de los Deportes (Barclaycard Center) de Madrid, donde da comienzo su paso por España.
El concierto, que tuvo lugar anoche, comenzó a las 22:00 horas con media hora de retraso y con todas las entradas vendidas, aproximadamente 16.000 personas según organizadores del lugar.
No aminoró el ánimo del público ese retraso, que desde que se apagaron las luces con una aparición singular -el cantante entró dentro de una cabina telefónica azul-, no paró de bailar hasta el final con “Las Avispas”, tema que el dominicano dejó cantar a su entregado público.
Fue un concierto rápido, pero intenso, una hora y media de espectáculo en el que el artista interpretó temas tan conocidos como “La Bilirrubina”, “Ojalá que llueva Café”o “Visa para un sueño” entre otras, y también temas de su nuevo álbum como “Cookies & Cream”, con la que abrió, “Mi Bendición”, “Tus besos”, “Nora mía”, “Todo tiene su hora”, “Muchachita linda, y “Moca a París”.
El espectáculo estuvo acompañado de cinco pantallas y un juego de luces de colores al compás de cada canción y un elenco de músicos impecables, su inseparable banda 4.40 y bailarines.
Era notable, al principio, la baja calidad del sonido que no hacía justicia a su voz, pero poco importaba, o poco se notaba, pues el público no cesó de cantar y bailar en todo el concierto.
“Buenas noches Madrid” se dirigió a sus fans provenientes de España y gran parte de Latinoamérica que llenaban el recinto.
Un Juan Luis Guerra muy cercano dejó corear y cantar a una masa de gente muy entregada y con muchas ganas de pasarlo bien.
El primer éxtasis de la noche vino de la mano de “Ojalá que llueva Café”, que arrancó los aplausos y los gritos de una masa entusiasmada.
“El que ama a su esposa se ama a si mismo”, dijo antes de interpretar “Mi bendición” con la que animó a “los matrimonios” a bailar, y así, no solo a los matrimonios, sino a todo el que allí se encontraba, animó Guerra a bailar durante todo el espectáculo.
Consiguió que el público bailara salsa con su “Nora mía”, que cantara y tocara las palmas con “Como yo”, y que inmortalizara el momento con fotografías y vídeos, con temas como “Para que sepas”.
“Muchas gracias, ¿Cómo están?” preguntó después de su animado “Si tu no bailas conmigo”, que no derrotó a los espectadores.
Otro punto álgido de la noche fue cuando llegó la hora de “Tus besos”, tema de su nuevo álbum, que hizo que el público estallara en coros y en bailes.
Los músicos y bailarines no se quedaron atrás, estuvieron a la altura del espectáculo mientras enseñaban una coreografía y bailaban con los asistentes.
También animaron la fiesta, aunque no les costó mucho trabajo, con un solo de percusión en el que hicieron gala de sus congas, timbales, una tambora merenguera y un güiro metálico.
El público vibraba ante un espectáculo de buena música y luces.
“Visa para un sueño” consiguió levantar a todo el que quedaba sentado, si es que lo había, y “La Bilirrubina” fue una bomba rítmica.
El público, incansable, pedía más con palmas y pateos cuando llevaba hora y 15 minutos de un intenso concierto.
No se hizo de rogar, y arrancó con un popurrí de baladas que terminó con unas “Burbujas de amor” que enterneció a la masa.
El concierto acabó con “Las Avispas”, despidiéndose como no podía ser de otra manera, saltando y bailando al son de la música, cosa que el público no dudó en imitar.
Merengue, aplausos y gritos ensordecedores pusieron el broche final a esta intensa velada difícil de superar en cuanto a baile y espectáculo, sin duda ha puesto el listón muy alto.
Intensidad es sin duda la palabra que define a la velada que el artista compartió con un público que desde el primer momento hasta el último se entregó y no paró de bailar.
Créditos: EFE / Julia Vilches