Pocos músicos como Juan Luis Guerra han contribuido tanto a internacionalizar los géneros traídos de su tierra, entre los que destaca el merengue y la bachata. Conocido y galardonado a nivel mundial, es capaz de aparecer incluso en una breve conversación entre taxista y servidora justo antes de su actuación. «Durante los noventa sonaba día y noche en las discotecas. No canta este reggaeton que gusta tanto a los jóvenes, pero nos hacía bailar cuando ponían sus pegadizas canciones». Por supuesto, Guerra es mucho más que una ristra de hits bailables, pero lo cierto es que sentar cátedra a ritmo de bachata se la da tan bien como mover el esqueleto. Lo demostró anoche durante su concierto en el Auditorio Cortijo de Torres ante más de 6.500 personas. El cantautor dominicano caminó por la senda de los ritmos tropicales, con algún que otro guiño al son afro-caribeño, la salsa y el góspel.